Los aviones vuelan debido a la fuerza de sustentación que crean las alas cuando se mueven en el aire. La sustentación es una fuerza que actúa perpendicular a la dirección del movimiento y es lo que mantiene al avión en el aire.
Las alas de un avión están diseñadas para crear sustentación aprovechando el efecto Bernoulli. El efecto Bernoulli establece que la presión de un fluido disminuye a medida que aumenta su velocidad. En el caso de un avión, el fluido es aire. A medida que el aire fluye sobre las alas, se acelera y la presión disminuye. Esto crea una diferencia de presión entre la parte superior e inferior de las alas, siendo la presión menor en la parte superior. Esta diferencia de presión crea una fuerza que empuja las alas hacia arriba, y esto es lo que crea la sustentación.
La cantidad de sustentación que se crea depende de varios factores, incluida la velocidad del avión, el ángulo de ataque de las alas y la densidad del aire. Cuanto más rápido vuela el avión, más sustentación se crea. Cuanto mayor es el ángulo de ataque, más sustentación se crea. Y cuanto más denso es el aire, más elevación se crea.
Las partes de un avión
Un avión consta de varias partes diferentes, incluidas las alas, el fuselaje, la cola y los motores.
* Las alas Son la parte más importante de un avión, ya que son los que crean la sustentación que mantiene el avión en el aire.
* El fuselaje Es el cuerpo del avión y alberga a los pasajeros, la carga y la tripulación.
* La cola Está ubicado en la parte trasera del avión y ayuda a estabilizar el avión y controlar su dirección.
* Los motores proporcionan el empuje que impulsa el avión hacia adelante.
Cómo despegan y aterrizan los aviones
Los aviones despegan y aterrizan utilizando los mismos principios básicos de sustentación y resistencia.
* Para despegar, el avión debe alcanzar una velocidad en la que la sustentación creada por las alas sea mayor que el peso del avión. Esto se logra aumentando el empuje de los motores y disminuyendo el ángulo de ataque de las alas.
* Aterrizar, el avión debe reducir su velocidad hasta que la sustentación creada por las alas sea menor que el peso del avión. Esto se logra reduciendo el empuje de los motores y aumentando el ángulo de ataque de las alas.
Los aviones pueden despegar y aterrizar de forma segura controlando cuidadosamente la velocidad y el ángulo de ataque de las alas.