Ampliar el principio de incertidumbre mediante el uso de un operador ilimitado
Modelo de medición con operaciones ópticas pasivas y mediciones de conteo de fotones. Crédito:Cartas de revisión física (2023). DOI:10.1103/PhysRevLett.131.210201
Un estudio publicado en la revista Physical Review Letters por investigadores en Japón resuelve un problema de larga data en la física cuántica al redefinir el principio de incertidumbre.
El principio de incertidumbre de Werner Heisenberg es una característica clave y sorprendente de la mecánica cuántica, y puede agradecerle a su fiebre del heno por ello. Miserable en Berlín en el verano de 1925, el joven físico alemán pasó sus vacaciones en la remota y rocosa isla de Helgoland, en el Mar del Norte, frente a la costa norte de Alemania. Sus alergias mejoraron y pudo continuar su trabajo tratando de comprender las complejidades del modelo atómico de Bohr, desarrollando tablas de propiedades atómicas internas, como energía, posición y momento.
Cuando regresó a Göttingen, su asesor, Max Born, reconoció que cada una de estas tablas podía formar una matriz, esencialmente una tabla de valores bidimensional. Junto con Pasqual Jordan, de 22 años, perfeccionaron su trabajo en la mecánica matricial, la primera teoría exitosa de la mecánica cuántica, las leyes físicas que describen objetos diminutos como átomos y electrones.
Si bien la mecánica matricial sería reemplazada en unos años por la función de onda de Schrödinger y su ecuación, le permitió a Heisenberg la idea de formular el principio de incertidumbre:hay un límite en la precisión con la que se pueden determinar la ubicación y el momento de un sistema cuántico, típicamente una partícula. medido.
El límite del producto de las incertidumbres de medición de las dos cantidades es h/4π, donde h es la constante de Planck, extremadamente pequeña pero no nula. En resumen, no se puede medir tanto la posición como el impulso de un objeto cuántico con una precisión arbitraria; medir uno con mayor precisión significa que el otro solo puede medirse con una precisión menor.
Desde un punto de vista físico, supongamos que queremos medir la posición y el momento de un electrón. Es necesario iluminar algún tipo de luz sobre un sistema para poder medir sus propiedades. La luz se cuantifica en forma de fotones, que tienen una energía distinta de cero. Hacer brillar un fotón sobre el electrón necesariamente lo perturba de su estado original. En mecánica cuántica el mero acto de medir impone un límite a la precisión de la medición.