Después de muchos años de preparativos, el CERN ha aprobado un nuevo experimento:la Búsqueda de Partículas Ocultas (SHiP). El físico Alexey Boyarsky participó desde el principio. "Sabemos que falta física y nuestro objetivo es encontrarla".
"En última instancia, intentamos capturar todo el universo en una sola teoría", dice Boyarsky, profesor de física teórica en el Instituto de Física de Leiden. "El modelo estándar parecía ser sólo eso, pero siempre faltaba algo. Con el descubrimiento del bosón de Higgs en 2012, pensamos que el modelo estaba completo", afirma. "Pero luego nos dimos cuenta de que no podía ser".
"Esta historia comenzó en 2006, cuando éramos unos cuantos teóricos con una idea. En 2013, teníamos 16 años y publicamos una carta de intención. Ahora es una colaboración entre 54 institutos en 18 países. En Leiden, muchos investigadores ya han estudiado el teoría detrás de SHiP e incluso la promovió."
"Verás, observamos cosas que deberían ser imposibles según el Modelo Estándar. Eso no es algo que puedas ignorar". Prevalecen tres misterios, explica Boyarski. "Nuestro primer misterio es bien conocido:la materia oscura. En segundo lugar, aprendimos que los neutrinos tienen masa aunque no deberían hacerlo. Y finalmente, hay mucha más materia regular que antimateria, aunque esperamos que haya la misma cantidad de ambas. "
Esto significa que debe haber nueva física aún por descubrir, según el profesor. "Podrían ser simplemente algunas partículas nuevas. Pero también podría ser algo innovador que requiera que reconsideremos los conceptos básicos de la física".
Durante décadas, el enfoque para encontrar nuevas partículas ha sido construir aceleradores de partículas cada vez más grandes, como el Gran Colisionador de Hadrones del CERN. Se necesitan muchos años y recursos para construir estas máquinas, pero hasta ahora no hay señales de la física faltante que persigue Boyarsky. "Existe otro tipo de experimento que podría darnos las respuestas que buscamos, pero nunca se ha llevado a cabo."
Las instalaciones existentes se centran en lo que se denomina frontera energética. Esto es para partículas relativamente pesadas y de vida corta. Los chocas a altas velocidades y se descomponen en otras partículas. Boyarsky y sus colegas proponen explorar la frontera de la intensidad. La esperanza es observar partículas más raras y ligeras, que apenas interactúan con nada. "Creo que tenemos las mismas posibilidades de encontrar la física que falta en cada una de estas fronteras."
El nuevo detector utilizará un haz de protones de una instalación existente en el CERN y lo hará chocar contra un objetivo especialmente diseñado. "Esto produce muchas partículas. Las conocidas se filtrarán y veremos lo que queda. Esperemos que sean nuevas partículas", afirma Boyarsky. "Nuestro desafío ahora es comenzar a construir lo antes posible. Sólo podremos hacerlo cuando la instalación actual se cierre entre ciclos. La próxima oportunidad es en 2026. Si la perdemos, tendremos que esperar otros seis años". /P>
"Tengo la suerte de trabajar en muchos proyectos apasionantes. Pero este es sin duda uno de los momentos más importantes de mi carrera."
Proporcionado por la Universidad de Leiden