Puede sentir el frío suficiente para salir cuando la temperatura desciende por debajo del punto de congelación, pero un viento fuerte hace que parezca aún más frío. Este es el efecto de enfriamiento del viento, una característica familiar de los informes meteorológicos durante décadas. Después de la exposición a un día particularmente frío y ventoso, muchas personas se preguntan si un viento frío puede reducir la lectura de un termómetro o afectar a otros objetos expuestos, como automóviles o tuberías de agua.
Wind and Skin
Cuando una ráfaga de aire frío sopla sobre la piel expuesta, se desprende una fina capa de aire caliente en la superficie. Cuanto más rápido sopla el viento, más rápidamente erosiona esta capa. A medida que la piel se enfría, el cuerpo intenta generar una nueva capa de aire aislante, un ciclo que continúa mientras la piel esté expuesta al viento. En casos extremos, la temperatura interna del cuerpo puede reducirse por la pérdida de calor a través de la piel. El peligro de congelación o hipotermia es por qué se informan las lecturas de la sensación térmica.
Viento y Termómetros
Los termómetros y otros objetos inanimados no se enfrían por el viento como la piel viva. Esto se debe a que los objetos inanimados no tienen el mismo sistema de calentamiento interno que el tejido vivo. Un termómetro no puede leer más bajo que la temperatura del aire, que es lo mismo si el dispositivo está expuesto al viento o en un lugar protegido. El único efecto del viento en un termómetro es que el aire en movimiento puede acortar el tiempo necesario para que un termómetro alcance la temperatura del aire cuando sale de un lugar cálido.
Viento y agua
El agua es inanimado, por lo que una temperatura de enfriamiento del viento bajo cero cuando la temperatura real es superior al punto de congelación no causará la formación de hielo en un lago o en el radiador de su automóvil. Sin embargo, el aire en movimiento aumenta la velocidad a la que se evapora el agua, incluido el secado de la piel expuesta. La humedad en la piel ayuda a regular su temperatura, por lo que una mayor evaporación también es parte del efecto de enfriamiento del viento.
Wind Chill History
La primera investigación sobre el efecto de enfriamiento del viento se llevó a cabo en la Antártida en la década de 1940 y se centró en la rapidez con la que el agua se congela a diferentes velocidades del viento. El uso del "factor de enfriamiento del viento" para explicar cómo el aire puede sentirse más frío que la temperatura del aire se remonta a los años 60 y 70. El gráfico del Servicio Meteorológico Nacional en uso hoy en día fue actualizado recientemente en 2001.