En el capullo del lirio, primero se forman los sépalos, que se colocan de manera que queden equidistantes alrededor del capullo en una espiral perfecta. Si miras de cerca, verás que hay 8 hojas de sépalo exteriores, 5 hojas intermedias y 3 hojas interiores alrededor de la flor. Estos números son parte de la secuencia de Fibonacci.
La secuencia de Fibonacci también se refleja en la disposición de las hojas en el tallo del lirio. Cada hoja está colocada en un ángulo que permite la máxima exposición a la luz solar y reduce la competencia con otras hojas por espacio y recursos. Esta disposición se conoce como filotaxia y minimiza la cantidad de sombra entre las hojas.
La precisión matemática y el orden exhibidos en el capullo de la flor del lirio son un testimonio de la belleza y elegancia de la naturaleza. La secuencia de Fibonacci no es sólo una curiosidad matemática, sino también una parte esencial del crecimiento, desarrollo y diseño estructural en el mundo natural, incluidos los lirios que disfrutamos en nuestros jardines y parques.