La cuestión es si Uber robó la tecnología de conducción autónoma de Waymo, anteriormente el proyecto de vehículos autónomos de Google, a través de las acciones del ex empleado de Waymo, Anthony Levandowski. Levandowski descargó más de 14.000 archivos confidenciales de Waymo antes de partir para iniciar su propia startup de camiones autónomos, Otto, que Uber adquirió en 2016 por 680 millones de dólares.
En sus declaraciones de apertura el lunes, el abogado de Waymo, Charles Verhoeven, argumentó que la adquisición de Otto por parte de Uber equivalía a "espionaje corporativo" y que Uber continuó utilizando los secretos comerciales de Waymo incluso después de tener conocimiento del posible robo.
El abogado de Uber, Bill Neukom, respondió que Levandowski no era un empleado de Uber cuando descargó los archivos y que no hay pruebas de que alguno de los secretos comerciales de Waymo se utilizara realmente en los coches autónomos de Uber.
Si se determina que Waymo es responsable, Uber podría enfrentar una serie de sanciones, que incluyen:
* Indemnizaciones por apropiación indebida de secretos comerciales
* Medidas cautelares para evitar que Uber utilice los secretos comerciales de Waymo
* Una devolución de las ganancias derivadas del uso por parte de Uber de los secretos comerciales de Waymo.
Además, la reputación de Uber podría verse gravemente dañada si se descubre que ha participado en espionaje corporativo. Esto podría provocar una pérdida de clientes y socios, así como un mayor escrutinio regulatorio.
Se espera que el juicio dure varias semanas. No se espera una decisión hasta el próximo año.