Estos son algunos de los candidatos más probables:
* Combustibles fósiles:
* Aceite: Si bien las estimaciones varían, muchos expertos predicen que las reservas de petróleo convencionales se agotarán dentro de los 50-100 años. Sin embargo, esto no incluye fuentes no convencionales como el esquisto bituminoso y las arenas alquitranadas, que son más caras y dañinas para extraer.
* Gas natural: Se proyecta que las reservas de gas natural duren más que el petróleo, tal vez durante otro siglo o dos. Sin embargo, una mayor demanda debido al fracking y su impacto ambiental aumentan las preocupaciones sobre la sostenibilidad.
* carbón: Las reservas de carbón son las más grandes, potencialmente duraderas de varios siglos. Sin embargo, el carbón es el combustible fósil más contaminante y se enfrenta una presión creciente debido a las preocupaciones del cambio climático.
* Energía nuclear:
* uranio: Si bien el uranio es relativamente abundante, su disponibilidad para su uso en centrales nucleares está limitada por la disponibilidad de instalaciones de enriquecimiento y la gestión a largo plazo de los desechos nucleares. Se estima que las reservas actuales duran unas pocas décadas, pero la investigación sobre nuevas tecnologías como los reactores basados en torio podría extender esto.
Consideraciones importantes:
* Avances tecnológicos: Se podrían desarrollar nuevas tecnologías que nos permitan acceder y utilizar fuentes de energía que actualmente no son factibles o incluso conocidas.
* Conservación y eficiencia: La mejor eficiencia energética y los esfuerzos de conservación pueden extender significativamente la vida útil de las fuentes de energía existentes.
* Renovables: Fuentes de energía renovable como la energía solar, el viento y el geotérmico son abundantes y sostenibles, ofreciendo una solución a largo plazo para nuestras necesidades de energía. Su desarrollo y despliegue serán cruciales para satisfacer las futuras demandas de energía.
Es crucial recordar que predecir el agotamiento de los recursos es complejo y depende de varios factores. El enfoque más responsable es diversificar nuestras fuentes de energía, invertir en energías renovables y priorizar la eficiencia energética.