1. Energía física:
* intensidad: La cantidad de fuerza y esfuerzo utilizados en los movimientos. Esto se puede expresar a través de la nitidez, la explosividad, la fluidez o la sutileza.
* Rango dinámico: La variación en los niveles de energía dentro de una pieza, que se mueve de ráfagas de alta energía a momentos más suaves y controlados.
* resistencia: La capacidad del bailarín para mantener los niveles de movimiento y energía durante un período de tiempo.
2. Energía emocional:
* Expresión emocional: La forma en que la energía se usa para transmitir emociones, que van desde la alegría y la emoción hasta la tristeza, la ira o el miedo.
* intención: El propósito detrás del movimiento, la intención del bailarín de comunicar un sentimiento o historia específica.
* Presencia: La capacidad del bailarín para involucrar a la audiencia con su energía emocional, creando un sentido de conexión y experiencia compartida.
3. Energía cinética:
* Momentum: La fuerza y la dirección del movimiento, creando una sensación de flujo y dirección.
* Peso: La forma en que los bailarines usan su peso corporal para crear diferentes dinámicas, desde la ligereza y la gracia hasta el poder y la intensidad.
* Impacto: La energía generada por los movimientos contundentes, creando un fuerte impacto visual y sónico.
4. Energía general:
* atmósfera: El sentimiento general y el estado de ánimo de una pieza, creado por la combinación de todos los elementos de energía.
* Balance dinámico: La forma en que los diversos niveles de energía se orquestan dentro de una pieza, creando una sensación de ritmo y armonía.
En esencia, la energía en la danza es la fuerza vital que anima el movimiento, haciéndolo expresivo, dinámico y atractivo. Es la fuerza intangible la que conecta al bailarín con su audiencia y la historia que están contando.