He aquí por qué:
* ubicuo: Casi todos los procesos y actividades implican cierto nivel de fricción o resistencia, lo que inevitablemente genera calor. Esto sucede en motores, máquinas, incluso acciones simples como frotar las manos.
* ineficiencia: Muchos procesos no son perfectamente eficientes, lo que significa que parte de la entrada de energía se pierde como calor. Esto sucede en centrales eléctricas, dispositivos electrónicos e incluso nuestros propios cuerpos.
* Un intencional: Si bien podríamos aprovechar parte de este calor, a menudo se considera un subproducto de la transformación energética prevista. No tratamos activamente de crear calor, pero sucede de todos modos.
Otros ejemplos de transformaciones de energía no intencionales comunes:
* sonido: La fricción y las vibraciones pueden producir ondas sonoras, que son una forma de energía. Esto a menudo es contaminación acústica no deseada.
* Light: Algunos procesos generan luz como subproducto, como el calor de una bombilla incandescente.
* Reacciones químicas: Pueden ocurrir reacciones químicas no deseadas, liberando energía como calor o luz, a veces con consecuencias no intencionadas.
En última instancia, la transformación energética no intencional "más común" depende del contexto. Sin embargo, la generación de calor es probablemente un candidato líder debido a su presencia generalizada y, a menudo, una naturaleza inevitable.