1. Combustibles fósiles (diesel o aceite de combustible): Esta es la fuente de energía más frecuente para los barcos, especialmente los recipientes de carga y contenedores más grandes. Los motores diesel queman combustible para crear energía mecánica que se convierte en hélices, empujando el barco a través del agua.
2. viento: Los barcos de vela han confiado durante mucho tiempo en la energía eólica, y los veleros modernos aún lo usan. El viento atrapa las velas, generando una fuerza que mueve el recipiente. Si bien no es tan común para grandes barcos de carga, la energía eólica se está volviendo más popular para los buques más pequeños y para la navegación "asistida", donde el viento ayuda a complementar los motores tradicionales.