1. Nuestros cuerpos son en su mayoría agua: El agua es un buen conductor de electricidad. Dado que nuestros cuerpos tienen aproximadamente 60% de agua, podemos llevar una corriente eléctrica. Sin embargo, no es tan sencillo como el agua sola.
2. Tenemos varios tejidos y componentes con conductividad variable:
* Músculos: Los músculos son directores relativamente buenos, lo que los hace particularmente vulnerables a las corrientes eléctricas.
* nervios: Los nervios también conducen bien la electricidad, explicando por qué las descargas eléctricas pueden causar contracciones musculares involuntarias y efectos neurológicos.
* huesos y grasa: Estos son menos conductores, proporcionando algo de aislamiento.
* Skin: La capa externa de nuestra piel, la epidermis, actúa como una barrera, ofreciendo cierta resistencia a la electricidad. La resistencia de la piel no es consistente y depende de factores como los niveles de humedad.
3. El flujo de corriente depende del voltaje y la resistencia: La cantidad de electricidad que fluye a través de nosotros depende del voltaje (presión eléctrica) y la resistencia de nuestro cuerpo. Un mayor voltaje conduce a un flujo de corriente más alto. La resistencia de nuestro cuerpo puede variar según varios factores, incluidos los niveles de humedad, el camino de la corriente y la salud general.
Por qué somos vulnerables a las descargas eléctricas:
* El corazón: Las corrientes eléctricas pueden interrumpir las señales eléctricas que controlan nuestro ritmo cardíaco, potencialmente causando un paro cardíaco.
* Sistema nervioso: Las descargas eléctricas pueden interrumpir las señales nerviosas, causando dolor, espasmos musculares e incluso parálisis.
* Daño interno: Las corrientes de alto voltaje pueden quemar tejidos y dañar los órganos internos.
Nota importante: Si bien nuestros cuerpos pueden realizar electricidad, es crucial comprender que la electricidad es peligrosa . Siempre tenga cuidado con el equipo eléctrico y evite el contacto con cables vivos.