* Energía química: El carbono forma la columna vertebral de las moléculas orgánicas como los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Estas moléculas almacenan energía química en sus enlaces. Cuando estos enlaces están rotos, se libera energía, como cuando comemos alimentos o quemamos combustible.
* Combustibles fósiles: Los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural se forman a partir de los restos de organismos antiguos, ricos en carbono. Almacenan grandes cantidades de energía química, que se libera cuando se quema para generar electricidad o vehículos eléctricos.
* Photosíntesis: Las plantas usan dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo convierten en azúcares (carbohidratos) a través de la fotosíntesis. Este proceso almacena energía solar en forma de energía química dentro de la planta.
* Respiración: Los organismos vivos descomponen los carbohidratos y otras moléculas que contienen carbono a través de la respiración, liberando la energía química almacenada como ATP, lo que alimenta sus procesos.
Entonces, aunque el carbono en sí mismo no es un tipo específico de energía, su papel en la formación de moléculas y almacenar energía en diversas formas es esencial para la vida y muchas fuentes de energía.