1. Melting: El hielo absorbe la energía térmica, lo que hace que su temperatura aumente. A 0 ° C (32 ° F), el hielo comienza a derretirse. Esto se debe a que la energía térmica rompe los enlaces que sostienen las moléculas de agua en una estructura rígida y cristalina, lo que les permite moverse más libremente y hacer la transición al estado líquido.
2. Aumento de la temperatura: A medida que se agrega más calor al agua derretida, su temperatura continúa aumentando por encima de 0 ° C (32 ° F). Las moléculas de agua absorben la energía térmica, aumentando su energía cinética y haciendo que se muevan más rápido.
3. ebullición: Cuando la temperatura del agua alcanza los 100 ° C (212 ° F) a la presión atmosférica estándar, el agua comienza a hervir. La energía térmica proporciona suficiente energía para que las moléculas de agua superen las fuerzas atractivas que las mantienen juntas, lo que hace que escapen como vapor de agua (gas).
En resumen: Agregar energía térmica al hielo hace que se derrita en agua líquida, y el calentamiento aún más hace que el agua hierva y se convierta en vapor.
Es importante tener en cuenta que este proceso es reversible. La eliminación de la energía térmica del vapor de agua hará que se condense en agua líquida, y el enfriamiento más congelará el agua en hielo.