He aquí por qué:
* mecanorreceptores: La piel contiene receptores sensoriales especializados llamados mecanorreceptores. Estos receptores son sensibles a los estímulos mecánicos, como la presión, la vibración y el estiramiento.
* Transducción: Cuando se aplica presión a la piel, deforma el mecanorreceptor. Esta deformación desencadena un cambio en el potencial de membrana del receptor, convirtiendo la energía mecánica en una señal eléctrica.
* Transmisión neural: La señal eléctrica generada por el mecanorreceptor se transmite a lo largo de una neurona sensorial a la médula espinal y luego al cerebro.
* Percepción: El cerebro interpreta estas señales eléctricas como sensaciones de presión, lo que nos permite percibir el tacto, la textura y otra información táctil.
Por lo tanto, la presión aplicada a la piel es la fuente de energía mecánica Eso desencadena la cadena de eventos que conducen a nuestra percepción del tacto.