1. Energía térmica: Esta es la forma más común de energía generada por la fricción. Cuando dos superficies se frotan entre sí, las moléculas en las superficies vibran más rápido, aumentando su energía cinética. Este aumento de la energía cinética es lo que sentimos como calor. Los ejemplos incluyen frotar las manos para calentarlas o el calor generado en los frenos de un automóvil.
2. Energía de sonido: La fricción también puede generar energía sólida. Esto sucede cuando las vibraciones causadas por la fricción se transmiten a través del aire, creando ondas de sonido que podemos escuchar. Los ejemplos incluyen el chirrido de los frenos, el frotamiento de un lápiz en papel o el susurro de las hojas.