1. Cambio climático: El CO2 es un gran gas de efecto invernadero, y la quema de combustibles fósiles para la generación de energía es un contribuyente significativo al aumento de las temperaturas globales. Esto lleva a:
* Eventos meteorológicos extremos: Las ondas de calor más frecuentes e intensas, sequías, inundaciones y tormentas.
* Levantamiento del mar: Amenazando a las comunidades costeras e infraestructura.
* Pérdida de biodiversidad: Interrumpir los ecosistemas y causar la extinción de especies.
* Impactos en la salud: Aumento de problemas respiratorios, enfermedades relacionadas con el calor y otras complicaciones de salud.
2. Contaminación del aire: La quema de combustibles fósiles libera a otros contaminantes además del CO2, incluyendo:
* Dióxido de azufre: Contribuye a la lluvia ácida y los problemas respiratorios.
* óxidos de nitrógeno: Contribuir a los problemas de smog y respiratorios.
* Materia de partículas: Puede causar enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
3. Salud pública: La contaminación del aire de las centrales eléctricas tiene un impacto significativo en la salud pública, lo que lleva a:
* Muertes prematuras: Miles de personas mueren cada año por la contaminación del aire vinculada a las centrales eléctricas.
* hospitalizaciones: La contaminación del aire aumenta el riesgo de hospitalizaciones por enfermedades respiratorias.
* Aumento de los costos de atención médica: Tratar los problemas de salud relacionados con la contaminación es una carga significativa para los sistemas de salud.
4. Seguridad energética: Aparecer de los combustibles fósiles reduce la dependencia de los mercados globales volátiles y mejora la seguridad energética nacional.
5. Beneficios económicos: Invertir en fuentes de energía renovables y la eficiencia energética crea empleos y estimula el crecimiento económico.
6. Sostenibilidad ambiental: La transición a fuentes de energía más limpias protege los recursos naturales y los ecosistemas, asegurando un planeta saludable para las generaciones futuras.
Conclusión: La reducción de las emisiones de CO2 de la generación de electricidad es esencial para abordar el cambio climático, mejorar la calidad del aire, salvaguardar la salud pública, mejorar la seguridad energética, aumentar el crecimiento económico y garantizar la sostenibilidad ambiental.