* La atmósfera: Nuestra atmósfera actúa como un escudo gigante, filtrando la radiación dañina como los rayos ultravioleta (UV). La capa de ozono, una parte específica de la estratosfera, es particularmente efectiva para absorber la mayor parte de la radiación UV dañina del sol.
* El campo magnético de la Tierra: El campo magnético de la Tierra, generado por el movimiento del hierro fundido en el núcleo de la Tierra, desvía una gran parte de las partículas cargadas del sol, conocidas como el viento solar. Esto nos protege de la radiación nociva y las tormentas solares.
* nubes: Las nubes reflejan una cantidad significativa de luz solar en el espacio, evitando que llegue a la superficie de la Tierra y contribuya al calentamiento global.
* Efecto Albedo: La superficie de la Tierra, que incluye hielo, nieve y agua, refleja parte de la luz solar entrante en el espacio. Esta reflectividad, conocida como albedo, ayuda a regular la cantidad de energía absorbida por el planeta.
* Distancia del sol: La distancia de la Tierra del sol es crucial. Estamos en la zona de Ricitos de Oro, no demasiado cerca y no demasiado lejos, donde las temperaturas son adecuadas para que existan agua líquida y vida.
Es importante tener en cuenta que si bien estos mecanismos de protección son efectivos, no son infalibles. Alguna radiación dañina llega a la superficie de la Tierra, y la intensidad de la radiación del Sol puede fluctuar, lo que lleva a cambios en el clima de la Tierra.