1. madera: Este es el combustible de biomasa más tradicional y fácilmente disponible, utilizado para calefacción, cocción y generación de energía.
2. Residuos agrícolas: Estos incluyen tallos de cultivos, cáscaras y otras piezas de plantas restantes después de la cosecha. Ejemplos son la estufa de maíz, la paja de arroz y el bagazo de caña de azúcar.
3. estiércol animal: Los desechos animales se pueden procesar en combustibles sólidos como pellets o usarse en digestión anaeróbica para crear biogás.
4. Residuos sólidos municipales (MSW): Esto incluye basura doméstica y comercial que se puede quemar en instalaciones de desechos de energía para generar electricidad.