Absorción:
* gases de efecto invernadero: Estos gases, principalmente dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y vapor de agua (H2O), absorben la radiación infrarroja emitida por la superficie de la Tierra. Este proceso atrapa el calor y calienta el planeta, lo que lleva al efecto invernadero.
* ozone (o3): Este gas absorbe la radiación ultravioleta (UV) del sol, protegiendo la vida en la Tierra de los rayos UV dañinos.
* nubes: Las nubes pueden absorber la radiación visible e infrarroja, dependiendo de su composición y grosor. Contribuyen significativamente al equilibrio energético general de la atmósfera.
* aerosoles: Estas pequeñas partículas suspendidas en el aire, como el polvo, el hollín y la sal marina, pueden absorber y dispersar la radiación solar entrante.
Reflexión:
* nubes: Las nubes reflejan una porción significativa de la radiación solar entrante en el espacio, enfriando la tierra.
* aerosoles: Algunos aerosoles, particularmente aquellos con alta reflectividad como los sulfatos, pueden dispersar la radiación solar entrante en el espacio, lo que contribuye a un efecto de enfriamiento.
* superficie: La superficie de la Tierra, incluidos océanos, bosques y desiertos, refleja diferentes cantidades de radiación solar.
La cantidad relativa de energía absorbida y reflejada por cada componente depende de factores como:
* ángulo solar: El ángulo en el que los rayos del sol golpean la tierra afecta la cantidad de energía que se absorbe.
* Hora del día y año: La duración de la luz del día y la posición de la Tierra en su órbita alrededor del sol influyen en la cantidad de radiación solar recibida.
* Composición atmosférica: Las variaciones en las concentraciones de gases de efecto invernadero, la cobertura de la nube y los niveles de aerosol afectan la cantidad de energía que se absorbe y refleja.
Comprender la compleja interacción de la absorción y el reflejo de la energía solar en la atmósfera es crucial para estudiar el cambio climático y predecir futuras tendencias climáticas.