1. Alta densidad de energía: Los combustibles fósiles son muy densos en energía, lo que significa que contienen mucha energía por unidad de masa. Esto los hace eficientes para el transporte y la generación de energía, ya que requieren menos volumen para transportar y almacenar en comparación con otras fuentes de energía.
2. Infraestructura existente: El mundo ha invertido mucho en infraestructura para extraer, procesar y transportar combustibles fósiles. Esta infraestructura existente hace que sea más fácil y más barato continuar usándolos, al menos a corto plazo.
3. Tecnología establecida: Las tecnologías para extraer, refinar y usar combustibles fósiles son maduras y bien entendidas. Esto los hace relativamente confiables y predecibles.
4. Accesibilidad: Actualmente, los combustibles fósiles siguen siendo la fuente de energía más barata en muchas partes del mundo, haciéndolos accesibles para una población más amplia.
Es importante tener en cuenta que estas ventajas a menudo son superadas por las desventajas significativas de los combustibles fósiles, incluido su impacto ambiental, dependencia geopolítica y contribución al cambio climático. El mundo está haciendo la transición hacia fuentes de energía más limpias, y estas ventajas están disminuyendo a medida que las tecnologías de energía renovable mejoran y se vuelven más rentables.