Sin embargo, hay algunos casos en los que la energía nuclear puede ser más barata que la térmica. Por ejemplo, si un país tiene un gran suministro de uranio, el combustible utilizado en las centrales nucleares, entonces puede resultar más barato construir y operar una central nuclear que una central térmica. Además, si un país tiene un alto costo de combustibles fósiles, entonces también puede resultar más barato construir y operar una planta de energía nuclear.
En general, el costo de la energía nuclear en comparación con la energía térmica depende de una serie de factores, incluido el costo del combustible, el costo de construcción y operación de la planta de energía y las políticas gubernamentales vigentes.