1. Fuente de calor: En los sistemas de calefacción central, una fuente de calor, normalmente una caldera, calienta agua o genera vapor. Este fluido calentado sirve como medio principal para transferir calor a los radiadores.
2. Circulación: El agua calentada o el vapor circula a través de una red de tuberías que conectan la fuente de calor con los radiadores. Esta circulación es mantenida por una bomba en el sistema.
3. Estructura del radiador: Los radiadores suelen estar hechos de metal, como hierro fundido o aluminio, con una serie de canales o aletas internas que aumentan su superficie. La superficie más grande permite una mejor transferencia de calor del agua caliente o el vapor al aire circundante.
4. Convección: A medida que el agua caliente o el vapor fluyen a través de los canales internos del radiador, calienta las superficies metálicas. Las superficies metálicas calentadas luego transfieren calor al aire de la habitación mediante convección. Las corrientes de convección aumentan, transportan el aire caliente hacia arriba y desplazan el aire más frío hacia abajo, lo que da como resultado la circulación de aire caliente por toda la habitación.
5. Radiación: Además de por convección, los radiadores también emiten calor por radiación. Las superficies metálicas calientes del radiador emiten radiación infrarroja, que las personas y los objetos de la habitación sienten como calor. Este calor radiante calienta directamente las superficies sólidas, creando un calor confortable y distribuido uniformemente.
6. Disipación de calor: A medida que el agua caliente o el vapor circula por el radiador y libera su calor, se enfría y regresa a la fuente de calor para recalentarse. Este ciclo continuo de transferencia de calor mantiene un flujo constante de aire caliente y garantiza que la habitación permanezca a una temperatura confortable.
Al combinar convección y radiación, los radiadores distribuyen eficientemente el calor por toda la habitación y contribuyen al confort general del hogar durante los meses más fríos. La ubicación y el tamaño de los radiadores dentro de una habitación se planifican cuidadosamente para garantizar una distribución eficaz de la calefacción y la temperatura.