Impuestos al carbono fijar un precio fijo por cada unidad de CO2 equivalente (CO2e) emitida. Este precio luego se traslada a los consumidores a través de precios más altos para los combustibles fósiles, la electricidad y otros bienes y servicios que producen emisiones. Los impuestos al carbono son relativamente sencillos de implementar y administrar, pero pueden ser políticamente impopulares, especialmente en el corto plazo.
ETS establecer un límite a la cantidad total de CO2e que puede emitir un grupo de empresas, como centrales eléctricas, fábricas y aerolíneas. Las empresas que superan su límite deben comprar créditos de empresas que emiten menos que su límite. Los ETS pueden ser más flexibles que los impuestos al carbono, ya que permiten a las empresas elegir cómo reducir sus emisiones. Sin embargo, también pueden ser más complejos de implementar y administrar.
Otros mecanismos para la fijación del precio del carbono se incluyen sistemas de límites máximos y comercio, compensaciones de carbono y futuros de carbono. Los sistemas de límites máximos y comercio son similares a los ETS, pero permiten a las empresas intercambiar permisos de emisión directamente entre sí. Las compensaciones de carbono son créditos que se pueden comprar para compensar las emisiones de otras actividades. Los futuros de carbono son contratos para comprar o vender créditos de carbono en una fecha futura.
La fijación del precio del carbono es una herramienta importante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una forma rentable de alentar a las empresas y a los individuos a tomar decisiones que reduzcan sus emisiones de carbono. La fijación del precio del carbono también puede ayudar a crear igualdad de condiciones para las empresas que compiten entre sí en una economía global.