El núcleo interno de la Tierra es una bola sólida de hierro y níquel del tamaño de Plutón. Está rodeado por un núcleo externo líquido y un manto sólido. Se estima que la temperatura en el centro del núcleo interno es de unos 5.700 grados Celsius (10.232 grados Fahrenheit) y la presión es de unos 3,6 millones de atmósferas (360 gigapascales).
En estas condiciones extremas, se esperaría que la mayoría de los materiales se derritieran. Sin embargo, el núcleo interno permanece sólido debido a los efectos de la presión y la temperatura. La presión comprime los átomos en el núcleo interno, haciéndolos más apretados y menos propensos a vibrar. La temperatura también hace que los átomos vibren más vigorosamente, pero la presión les impide separarse lo suficiente como para romper sus enlaces y fundirse.
La nueva teoría propone que existe una capa de material "superiónico" entre los núcleos interior y exterior. Los materiales superiónicos se caracterizan por una combinación única de propiedades. Son sólidos, pero sus átomos no están fijos en su lugar como en un sólido típico. En cambio, los átomos pueden moverse libremente, como en un líquido. Sin embargo, los átomos todavía están muy juntos, como en un sólido.
La presencia de una capa superiónica en el núcleo interno de la Tierra podría ayudar a explicar por qué el núcleo interno permanece sólido a pesar del calor extremo. La capa superiónica proporcionaría una barrera al flujo de calor desde el núcleo exterior al núcleo interior. Esto permitiría que el núcleo interno permaneciera más frío y estable, lo que evitaría que se derritiera.
La nueva teoría sigue siendo una hipótesis y se necesita más investigación para confirmarla. Sin embargo, proporciona una explicación prometedora para uno de los fenómenos más misteriosos del interior de la Tierra.