* Respiración aeróbica: Esta es la forma más común que tienen las bacterias de producir energía. Implica el uso de oxígeno para descomponer moléculas orgánicas, como la glucosa, en dióxido de carbono y agua. La energía liberada por este proceso se utiliza para generar ATP, una molécula que las células utilizan para obtener energía.
* Respiración anaeróbica: Este proceso es similar a la respiración aeróbica, pero no requiere oxígeno. En cambio, las bacterias utilizan otras moléculas, como nitrato o sulfato, para descomponer las moléculas orgánicas. La energía liberada por este proceso también se utiliza para generar ATP.
* Fotosíntesis: Este proceso lo utilizan las plantas y algunas bacterias para convertir la energía luminosa en energía química. Implica el uso de clorofila, un pigmento verde, para capturar la energía luminosa y utilizarla para dividir las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno. Los átomos de hidrógeno se utilizan luego para reducir el dióxido de carbono a moléculas orgánicas, que se utilizan como alimento.
* Fermentación: Algunas bacterias utilizan este proceso para descomponer moléculas orgánicas en ausencia de oxígeno. Implica el uso de enzimas para descomponer estas moléculas en compuestos más simples, como el alcohol o el ácido láctico. La energía liberada por este proceso se utiliza para generar ATP.
El mecanismo específico de producción de energía utilizado por una bacteria depende de su entorno y de la disponibilidad de oxígeno.