El equipo de investigación, dirigido por científicos de la Universidad de Sussex y la Universidad de Amsterdam, llevó a cabo una serie de experimentos con más de 1.000 participantes. Probaron a individuos en varios estados emocionales, desde estados de ánimo positivos inducidos al ver imágenes agradables o recordar recuerdos positivos hasta estados de ánimo negativos evocados al ver imágenes desagradables o recordar experiencias negativas.
Los hallazgos revelaron que, si bien las emociones afectaban la memoria hasta cierto punto, los efectos eran generalmente pequeños. Los participantes en diferentes estados de ánimo mostraron sólo ligeras variaciones en su capacidad para recordar información. De hecho, se descubrió que el impacto general del estado de ánimo en la memoria era insignificante en comparación con otros factores como la atención, la motivación y la familiaridad con la información.
Los investigadores también examinaron los mecanismos neuronales subyacentes a la memoria y las emociones utilizando técnicas de imágenes cerebrales. Descubrieron que, si bien la excitación emocional activaba regiones del cerebro asociadas con el procesamiento emocional, estas regiones no influyeban directamente en las áreas del cerebro involucradas en la formación y recuperación de la memoria.
El investigador principal, el Dr. Oliver Robinson de la Universidad de Sussex, explicó las implicaciones del estudio:"Nuestros hallazgos desafían la suposición generalizada de que nuestras emociones tienen una profunda influencia en nuestros recuerdos. Si bien las emociones desempeñan un papel, su impacto es más sutil que "Esto podría tener implicaciones importantes para comprender los trastornos de la memoria en condiciones como la depresión y el trastorno de estrés postraumático, donde se sabe que las emociones están desreguladas".
Los investigadores enfatizan que sus hallazgos no descartan por completo el papel de las emociones en la memoria. Reconocen que las emociones pueden influir en nuestra atención y motivación, lo que puede afectar indirectamente al rendimiento de la memoria. Sin embargo, desafían la noción de que las experiencias emocionales distorsionan dramáticamente nuestros recuerdos.
Los hallazgos del estudio han provocado debates entre psicólogos y neurocientíficos, lo que ha impulsado más investigaciones para investigar la intrincada relación entre la memoria y la memoria. Comprender el verdadero alcance de la influencia emocional en la memoria podría conducir a avances en las técnicas de mejora de la memoria y posibles intervenciones terapéuticas para los trastornos relacionados con la memoria.