2. Quema de combustibles fósiles: Los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, se forman a partir de restos de plantas y animales antiguos. Cuando se queman estos combustibles, el carbono que contienen se libera a la atmósfera en forma de dióxido de carbono.
3. Procesos industriales: Muchos procesos industriales, como la producción de cemento y acero, liberan dióxido de carbono a la atmósfera.
4. Agricultura: Ciertas prácticas agrícolas, como el uso de fertilizantes sintéticos y el riego, pueden liberar óxido nitroso a la atmósfera. El óxido nitroso es un potente gas de efecto invernadero que es 298 veces más eficaz para atrapar el calor que el dióxido de carbono.
5. Transporte: La quema de gasolina y diésel por parte de los vehículos libera dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.
6. Gestión de residuos: Cuando los desechos, como alimentos y papel, se envían a los vertederos, se descomponen y liberan metano a la atmósfera. El metano es un potente gas de efecto invernadero que es 25 veces más eficaz para atrapar el calor que el dióxido de carbono.