El café contiene cafeína, que es un estimulante que puede utilizarse como fuente de combustible. Sin embargo, la cantidad de cafeína en el café es relativamente pequeña y se necesitaría una gran cantidad de café para producir suficiente energía para impulsar un automóvil. Además, la quema de café produce emisiones nocivas, como monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno.
Ha habido algunos intentos de crear automóviles que funcionen con café. En 2007, un grupo de estudiantes de la Universidad de Warwick en el Reino Unido construyó un automóvil propulsado por biodiesel elaborado a partir de residuos de café. El auto viajó alrededor de 20 millas por galón de biodiesel. Un equipo de ingenieros en Brasil construyó otro automóvil propulsado por café en 2010. El automóvil recorría aproximadamente 30 millas por galón de biodiesel elaborado a partir de granos de café tostados.
Si bien estos proyectos han demostrado que es posible hacer funcionar un automóvil con café, los desafíos en materia de eficiencia energética y emisiones hacen poco probable que el café llegue a ser alguna vez una fuente de combustible práctica o ampliamente utilizada para los vehículos.