El estudio también encontró que la adopción de una dieta basada en plantas podría liberar tierras que actualmente se utilizan para la agricultura animal, que podrían usarse para reforestar y restaurar hábitats naturales. Esto podría ayudar aún más a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.
El autor principal del estudio, el Dr. Marco Springmann de la Universidad de Oxford, dijo que los hallazgos muestran que "el cambio en la dieta es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a mitigar el cambio climático". Añadió que "adoptar una dieta basada en plantas es una de las cosas más importantes que podemos hacer para reducir nuestro impacto ambiental".
Los hallazgos del estudio son consistentes con los de investigaciones anteriores, que también han demostrado que una dieta basada en plantas puede tener un impacto positivo en el medio ambiente. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Science en 2018 encontró que una dieta basada en plantas podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 50% para 2050.
Los beneficios de una dieta basada en plantas van más allá de su impacto en el medio ambiente. Una dieta basada en plantas también puede ser beneficiosa para la salud humana, ya que reduce el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
Dados los beneficios ambientales y para la salud de una dieta basada en plantas, está claro que se trata de una opción positiva tanto para las personas como para el planeta.