Las nutrias marinas también adoptan comportamientos que les ayudan a conservar el calor. Pasan una parte importante de su tiempo cepillando su pelaje, lo que ayuda a mantener sus propiedades aislantes y eliminar la suciedad. A menudo se envuelven en algas u otra vegetación marina para crear una manta improvisada que los aísla aún más del agua fría.
Otra adaptación de comportamiento es el hábito de la nutria de hacer "rafting". Las nutrias marinas suelen dormir o descansar en grupos, acurrucadas boca arriba en la superficie del agua. Este comportamiento les permite compartir el calor corporal y minimizar la pérdida de calor, especialmente durante las noches frías o cuando la comida escasea.
Las notables adaptaciones de las nutrias marinas, incluido su denso pelaje, su capa de grasa, su comportamiento de aseo y el rafting, contribuyen colectivamente a su capacidad para mantenerse calientes y sobrevivir en ambientes oceánicos fríos.