1. Registros de temperatura:Los registros completos de temperatura recopilados de estaciones meteorológicas, boyas oceánicas y mediciones satelitales muestran consistentemente un aumento significativo en las temperaturas promedio globales durante los últimos 100.000 años, y el calentamiento más rápido se produjo en el último siglo.
2. Análisis de núcleos de hielo:Los núcleos de hielo extraídos de glaciares y capas de hielo contienen información valiosa sobre climas pasados. Al analizar las proporciones de isótopos de agua (como el oxígeno-16 y el oxígeno-18) atrapados en estos núcleos de hielo, los científicos pueden reconstruir registros históricos de temperatura. Estos análisis revelan que las temperaturas actuales son excepcionalmente altas en comparación con las de los últimos 100.000 años.
3. Indicadores geológicos:Los registros indirectos de fuentes geológicas, como anillos de árboles, arrecifes de coral y sedimentos de lagos, proporcionan evidencia adicional de las condiciones climáticas pasadas. El examen de estos archivos naturales indica consistentemente que las temperaturas modernas no tienen precedentes en los últimos 100.000 años.
4. Estudios de paleoclimatología:los paleoclimatólogos utilizan diversas líneas de evidencia, incluidos registros fósiles, análisis de polen y datos geoquímicos, para reconstruir climas antiguos. Sus hallazgos corroboran la idea de que el período cálido actual es excepcionalmente anómalo en comparación con los últimos 100.000 años.
Es importante señalar que el consenso científico derivado de múltiples líneas de evidencia independientes apoya abrumadoramente la conclusión de que la actual tendencia al calentamiento y las temperaturas excepcionales exceden todo lo observado en los 100.000 años anteriores. Las actividades humanas, en particular la emisión de gases de efecto invernadero, se consideran el principal impulsor de este reciente y rápido calentamiento.