"Nuestros hallazgos sugieren que los cambios en el olfato experimentados durante los vuelos espaciales podrían contribuir a la menor palatabilidad de los alimentos y la pérdida de apetito reportada por los astronautas", dijo la autora principal del estudio, la Dra. Marion Nachtigall, investigadora de la Universidad de Hohenheim en Alemania.
En el estudio participaron 10 astronautas que pasaron una media de seis meses en la Estación Espacial Internacional (ISS). Antes, durante y después de sus misiones, los astronautas fueron sometidos a una serie de pruebas de olfato. Las pruebas midieron la capacidad de los astronautas para identificar diferentes olores, así como su sensibilidad a diferentes concentraciones de olores.
Los resultados mostraron que el sentido del olfato de los astronautas se vio significativamente afectado mientras estaban en el espacio. Eran menos capaces de identificar diferentes olores y eran menos sensibles a diferentes concentraciones de olores. El deterioro fue más pronunciado en las primeras semanas de los vuelos espaciales, pero persistió durante todas las misiones de los astronautas.
Los investigadores creen que los cambios en el olfato experimentados durante los vuelos espaciales son causados por los cambios en la gravedad. La gravedad juega un papel importante en la forma en que los olores se transportan desde la nariz al cerebro. En microgravedad, los olores no se transportan con tanta eficiencia, lo que podría provocar una disminución del sentido del olfato que experimentan los astronautas.
Los hallazgos del estudio podrían tener implicaciones para futuras misiones espaciales. Si los astronautas no pueden saborear u oler correctamente la comida, es posible que no coman lo suficiente, lo que podría provocar problemas de salud. Los investigadores sugieren que las futuras misiones espaciales deberían incluir estrategias para mejorar la palatabilidad de los alimentos, como el uso de sabores más fuertes o la adición de especias.
El estudio también tiene implicaciones para las personas en la Tierra que experimentan cambios en su sentido del olfato. Por ejemplo, las personas con infecciones de los senos nasales o alergias suelen tener un sentido del olfato disminuido. Los hallazgos del estudio sugieren que estas personas también pueden experimentar cambios en la forma en que saborean la comida.