Los sueños suelen estar influenciados por experiencias personales, pensamientos, sentimientos y deseos subconscientes. Si bien ciertos alimentos pueden afectar la química del cerebro y las sensaciones físicas, como provocar sueños vívidos o placenteros, no existe evidencia sustancial que sugiera que alguna dieta o tipo de alimento específico determine directamente el contenido o la naturaleza de los sueños.