Los pulgones se reproducen asexualmente y pueden producir varias generaciones por año. En climas cálidos, los pulgones pueden reproducirse cada dos semanas. Esta rápida tasa de reproducción permite que los pulgones acumulen rápidamente grandes poblaciones.
Los pulgones son plagas de muchos cultivos, incluidas frutas, verduras y flores. Pueden dañar las plantas al succionar la savia, lo que puede hacer que las hojas se marchiten y se pongan amarillas. Los pulgones también pueden transmitir enfermedades a las plantas.
Algunos pulgones no soportan el calor. Estos pulgones se encuentran normalmente en climas más fríos. Cuando la temperatura sube demasiado, estos pulgones morirán. Otros pulgones, sin embargo, son más tolerantes al calor. Estos pulgones pueden sobrevivir en climas más cálidos y causar más daños a los cultivos.
La tolerancia al calor de los pulgones varía según la especie. Algunos pulgones pueden sobrevivir a temperaturas de hasta 100 grados Fahrenheit, mientras que otros sólo pueden sobrevivir a temperaturas de hasta 80 grados Fahrenheit.
La temperatura a la que mueren los pulgones se llama "temperatura letal". La temperatura letal para los pulgones varía según la especie y la etapa de desarrollo. Por ejemplo, la temperatura letal para los pulgones adultos suele ser más alta que la temperatura letal para las ninfas.
La tolerancia al calor de los pulgones es un factor importante para determinar su distribución y abundancia. Es más probable que los pulgones se encuentren en climas más fríos donde es menos probable que la temperatura alcance la temperatura letal.