El estudio, publicado en la revista Science, fue dirigido por investigadores de la Universidad de California, Berkeley. El equipo analizó el pelaje de nutrias marinas y otros mamíferos marinos, incluidas focas y leones marinos, para identificar las proteínas responsables de su aislamiento. Descubrieron que el pelaje de la nutria marina contiene un complejo proteico único llamado "proteína 5 asociada a la queratina" (KAP5). KAP5 es una proteína altamente flexible que forma una densa red de fibras entrelazadas, creando una barrera que atrapa el aire y evita que el calor se escape.
Para comprender mejor el papel de KAP5 en el pelaje de la nutria marina, los investigadores modificaron genéticamente ratones para expresar la proteína. Descubrieron que los ratones con pelaje que expresaba KAP5 eran significativamente mejores para mantener su temperatura corporal en condiciones de frío en comparación con los ratones sin KAP5. Este experimento demostró que KAP5 es esencial para las propiedades aislantes del pelaje de la nutria marina.
El descubrimiento de KAP5 podría tener importantes implicaciones para el desarrollo de nuevos materiales para uso humano. Por ejemplo, KAP5 podría incorporarse a telas para crear prendas que sean más efectivas para mantener a las personas abrigadas en climas fríos. También podría utilizarse para desarrollar aislamientos de alto rendimiento para edificios, reduciendo el consumo de energía.
Además de sus posibles aplicaciones prácticas, el estudio también proporciona información sobre la evolución de los mamíferos marinos. Los investigadores descubrieron que KAP5 está presente en el pelaje de todos los mamíferos marinos, pero es particularmente abundante en las nutrias marinas. Creen que la evolución de KAP5 puede haber sido un factor clave en la capacidad de la nutria marina para adaptarse a las frías aguas del Océano Pacífico.
En general, el estudio representa un avance significativo en nuestra comprensión de las propiedades aislantes del pelaje de la nutria marina. La identificación de KAP5 como la proteína clave responsable del aislamiento abre nuevas posibilidades para el desarrollo de materiales innovadores para uso humano. También arroja luz sobre las adaptaciones evolutivas de los mamíferos marinos y su capacidad para prosperar en entornos hostiles.