Sin embargo, es esencial considerar los posibles resultados negativos. Por ejemplo, si el dinero ahorrado se utiliza principalmente para actividades con una mayor huella ambiental, como el aumento de los viajes en automóvil o el consumo de bienes que requieren un uso intensivo de recursos, los beneficios ambientales del intercambio de alimentos pueden verse disminuidos o incluso eclipsados.
Además, el impacto ambiental de una economía de intercambio de alimentos puede variar según cómo se comparten y transportan los alimentos. Es probable que compartir los excedentes de alimentos dentro de las comunidades locales tenga menores impactos ambientales en comparación con el transporte de alimentos a largas distancias o el uso de envases de un solo uso.
Además, los beneficios ambientales deben evaluarse junto con otros impactos potenciales, como los efectos sociales y económicos, para proporcionar una evaluación integral de la sostenibilidad de una economía de alimentos compartidos.