Los registros de monóxido de carbono de tres mil años muestran un impacto positivo en la intervención global en la década de 1980
No hay evidencia que respalde la afirmación de que la intervención global en la década de 1980 tuvo un impacto positivo en los registros de monóxido de carbono. De hecho, los niveles de monóxido de carbono han aumentado constantemente desde la era preindustrial y el ritmo de aumento se ha acelerado en las últimas décadas. Esto se debe a una serie de factores, incluido el aumento de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y el crecimiento demográfico.
El Protocolo de Montreal, firmado en 1987, ha logrado reducir la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono. Sin embargo, las sustancias que agotan la capa de ozono no son lo mismo que el monóxido de carbono y el Protocolo de Montreal no ha tenido ningún impacto directo en los niveles de monóxido de carbono.
La única forma de reducir los niveles de monóxido de carbono es reducir la cantidad de combustibles fósiles que quemamos. Esto se puede lograr cambiando a fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, y mejorando la eficiencia energética.