Algunos ejemplos de fuentes de sonido estacionarias incluyen una persona que habla, un instrumento musical que se toca o una radio que suena. Todas estas fuentes se consideran estacionarias porque su posición no cambia en relación con el observador. Sin embargo, si la persona que habla se moviera, o si el instrumento musical se moviera, entonces las ondas sonoras viajarían en trayectorias curvas y el observador escucharía el sonido como si viniera de una dirección diferente.
Las fuentes de sonido estacionarias son importantes en varias aplicaciones, como la grabación y reproducción de sonido y el control de ruido. Al comprender cómo funcionan las fuentes de sonido estacionarias, los ingenieros pueden diseñar sistemas que puedan capturar y reproducir el sonido con precisión y que también puedan reducir el ruido no deseado.