La galvanización del metal le proporciona una capa protectora de metal, generalmente para evitar la oxidación, pero también para evitar el desgaste. El uso más común es aplicar zinc a un objeto de acero o hierro. Industrialmente, el método más comúnmente utilizado es la galvanización por inmersión en caliente, que implica sumergir el objeto en zinc fundido. Sin embargo, la galvanización "hágalo usted mismo" utiliza galvanoplastia, que es mucho más simple y requiere muy poco equipamiento especial.
Cómo galvanizar metal
Para garantizar un proceso de galvanizado adecuado, debe limpiarse a fondo la superficie primero. Es más fácil saber cuándo la galvanización no funcionó correctamente que con la mayoría de los revestimientos, ya que el zinc simplemente no se adhiere adecuadamente al acero. En aplicaciones industriales, esto se realiza en un proceso de tres pasos de limpieza cáustica, decapado y eliminación de flujo. Sin embargo, para aplicaciones de bricolaje, lavar o lijar bien la superficie debe ser suficiente. Asegúrese de conocer y aceptar cualquier impureza en la superficie del metal una vez finalizado este proceso.
Se puede hacer un baño de zinc con los ingredientes del hogar. Coloque el ánodo de zinc en un baño de vinagre, que lo disolverá levemente y permitirá que el zinc se difunda en el baño. Después de dejar esto por un tiempo, use sal (100 g /l) para hacer el baño conductor.
Conecte el terminal negativo de la fuente de alimentación (el cátodo) al objeto que desea platear; coloque el ánodo en la bañera y encienda la fuente de alimentación. Esto comenzará el proceso de electrodeposición. Después de esto, todo lo que tiene que hacer es dejarlo en la placa.
Consejo
Siempre use precauciones de seguridad. Asegúrese de manejar todos los componentes químicos y eléctricos con cuidado. Para mayor seguridad, use protección facial /nariz en caso de que se liberen productos químicos tóxicos debido a impurezas en el objeto que está chapeando o reacciones químicas negativas. No permita que el ánodo y el cátodo toquen.