* sólido: En un sólido, los átomos están bien empacados en un patrón regular y repetido llamado red. Vibran en su lugar, pero no tienen mucha libertad para moverse. Esto le da a los sólidos su forma y volumen fijos.
* líquido: En un líquido, los átomos tienen más energía y están menos bien empacados. Pueden moverse más libremente, deslizándose entre sí. Esto hace que los líquidos tengan un volumen fijo, pero pueden tomar la forma de su contenedor.
La clave es la energía:
* Agregar calor a un sólido proporciona energía a los átomos. Esta energía los hace vibrar más intensamente.
* Eventualmente, los átomos tienen suficiente energía para liberarse desde sus posiciones fijas en la red. Ahora pueden moverse más libremente, y la sustancia pasa de sólida a líquido.
Piense en ello así:
Imagine a un grupo de personas de pie una junta, todas tomados de la mano (sólidos). A medida que se emocionan más (calor), comienzan a moverse más, chocando entre sí y dejando ir las manos (líquido). Las personas mismas no han cambiado, es su movimiento y espaciado lo que es diferente.
Nota importante: Los átomos en sí no cambian durante este proceso. Siguen siendo el mismo tipo de átomo, solo dispuestos y moviéndose de manera diferente.