He aquí por qué:
* El sulfuro de hidrógeno es un gas altamente corrosivo. Reacciona con muchos materiales, incluidos pigmentos, metales y barnices que se encuentran en las pinturas, causando daños irreversibles.
* Puede conducir a decoloración y desvanecimiento. El azufre en el sulfuro de hidrógeno puede reaccionar con pigmentos, cambiando su composición química y alterando su color.
* Puede causar empañamiento y corrosión. Los metales utilizados en marcos y otros componentes de las pinturas son susceptibles a la corrosión del sulfuro de hidrógeno.
En lugar de sulfuro de hidrógeno, los conservadores de arte usan varias técnicas seguras y especializadas para restaurar el color de las pinturas antiguas, que incluyen:
* Limpieza: Eliminar capas de suciedad, mugre y barniz con soluciones de limpieza suaves.
* retoque: Aplicando pigmentos para reparar áreas de pérdida o daño, coincidiendo con la pintura original lo más cerca posible.
* Estabilización: Consolidando capas de pintura frágiles y evitando un mayor deterioro.
* Inpaña: Uso de una técnica para llenar las áreas faltantes de la pintura mientras preserva la composición original.
Es crucial recordar que la restauración del arte es un proceso complejo y delicado que requiere experiencia y conocimiento especializado. Nunca intente restaurar una pintura usted mismo usando sustancias potencialmente dañinas como el sulfuro de hidrógeno.