De manera similar, aumentar la concentración de reactivos aumenta las posibilidades de colisiones entre partículas, lo que aumenta la probabilidad de reacciones exitosas. Sin embargo, vale la pena señalar que el aumento de la concentración no siempre resulta en un aumento lineal en la velocidad de reacción debido a factores como la disminución del área superficial en soluciones concentradas o la formación de subproductos inhibidores.
Puede haber excepciones a esta regla general. Por ejemplo, en algunos casos, temperaturas extremadamente altas o concentraciones de reactivos muy altas pueden provocar reacciones secundarias o descomposición, que pueden ralentizar o alterar la reacción química deseada. Por lo tanto, es esencial considerar las condiciones de reacción, los mecanismos y las posibles limitaciones específicas antes de hacer predicciones sobre los efectos de los cambios de temperatura y concentración.