Los compuestos pueden tener tres tipos de cargas:
1. Compuestos Neutros: En un compuesto neutro, la carga positiva total de los protones en los núcleos es igual a la carga negativa total de los electrones. Las electronegatividades de los átomos constituyentes están equilibradas y no hay carga neta en el compuesto. Por ejemplo, el metano (CH₄) es un compuesto neutro.
2. Compuestos cargados positivamente (cationes): Cuando un compuesto pierde uno o más electrones, queda cargado positivamente y se conoce como catión. Esto ocurre cuando la electronegatividad de los demás átomos del compuesto es mayor que la electronegatividad del átomo que pierde electrones. Por ejemplo, el cloruro de sodio (NaCl) se forma cuando el sodio pierde un electrón en favor del cloro, lo que da como resultado iones de sodio con carga positiva (Na⁺) e iones de cloruro con carga negativa (Cl⁻).
3. Compuestos cargados negativamente (aniones): Cuando un compuesto gana uno o más electrones, queda cargado negativamente y se conoce como anión. Esto ocurre cuando la electronegatividad del átomo que gana electrones es mayor que la electronegatividad de los demás átomos del compuesto. Por ejemplo, los iones hidróxido (OH⁻) se forman cuando el oxígeno gana un electrón del hidrógeno, lo que da como resultado un ion hidróxido cargado negativamente y un ion hidrógeno cargado positivamente (H⁺).
En resumen, el tipo de carga que tiene un compuesto está determinado por las electronegatividades de sus átomos constituyentes y la distribución resultante de electrones. Los compuestos neutros no tienen carga neta, los cationes tienen carga positiva debido a la pérdida de electrones y los aniones tienen carga negativa debido a la ganancia de electrones.