El sulfato de sodio es una sal higroscópica, lo que significa que absorbe fácilmente agua de su entorno. Por lo tanto, cuando se agrega a la solución orgánica, atraerá y se unirá a cualquier molécula de agua presente, formando sulfato de sodio hidratado. Este proceso elimina eficazmente el agua de la fase orgánica, dejando una solución orgánica seca.
El uso de sulfato de sodio anhidro como agente secante es particularmente ventajoso porque es insoluble en la mayoría de los disolventes orgánicos. Esto significa que se puede separar fácilmente de la fase orgánica mediante filtración o centrifugación, sin introducir impurezas adicionales en la solución.
En resumen, se añade sulfato de sodio anhidro a la solución orgánica que queda después de la extracción con HCl 6 M y NaOH para eliminar el agua residual y asegurar que la fase orgánica esté seca. Esto es esencial para evitar la interferencia del agua en reacciones o análisis posteriores.