Los materiales que contienen hierro tienen más probabilidades de experimentar oxidación debido a la reactividad del metal con el oxígeno. Sin embargo, muchos otros metales también pueden sufrir oxidación, incluidos el cobre, el aluminio y el magnesio. Además, los materiales no metálicos como los plásticos y el caucho también pueden oxidarse, especialmente cuando se exponen al calor, la luz o el aire.