El fósforo blanco es un elemento altamente reactivo que puede encenderse fácilmente en el aire. Arde con una intensa llama blanca y produce un humo espeso y asfixiante. El fósforo blanco se puede extinguir cubriéndolo con arena, polvo seco o espuma. No se debe utilizar agua para extinguir el fósforo blanco, ya que reaccionará con el agua para producir gas fosfina, que es altamente tóxico e inflamable.