Los ácidos generalmente se miden en la escala de pH, que va de 0 a 14, siendo 7 neutro. Los ácidos tienen un pH inferior a 7, mientras que los álcalis tienen un pH superior a 7. Cuanto más bajo es el pH, más fuerte es el ácido. De manera similar, cuanto mayor sea el pH, más fuerte será el álcali.
Los ácidos fuertes, como el ácido clorhídrico o el ácido sulfúrico, pueden provocar quemaduras graves y daños en la piel, los ojos y el sistema respiratorio. Incluso los ácidos débiles, como el vinagre o el jugo de limón, pueden causar irritación y malestar si entran en contacto con la piel o los ojos.
Los álcalis, como el hidróxido de sodio o el hidróxido de potasio, también pueden ser corrosivos y causar daños graves a la piel, los ojos y el sistema respiratorio. Los álcalis fuertes pueden incluso disolver material orgánico, como piel y tejidos.
El ácido o álcali más seguro depende de la aplicación específica y del nivel de riesgo aceptable. Por ejemplo, en algunos entornos industriales, pueden ser necesarios ácidos o álcalis fuertes para ciertos procesos, pero se deben seguir estrictas precauciones de seguridad para minimizar el riesgo de accidentes. En otros casos, los ácidos o álcalis más débiles pueden ser más apropiados para su uso en entornos cotidianos, como productos de limpieza o artículos de cuidado personal.
Es importante leer y seguir siempre las instrucciones de seguridad proporcionadas con cualquier producto ácido o alcalino y tomar las precauciones adecuadas para protegerse de posibles daños.