1. Reacción rápida con el agua :El sodio metálico reacciona violentamente con el agua, incluida la humedad de la piel. Esta reacción libera una gran cantidad de calor y gas hidrógeno, que puede provocar quemaduras graves e incluso encender el hidrógeno.
2. Formación de bases :El hidróxido de sodio (NaOH) se forma como subproducto de la reacción entre el sodio metálico y el agua. NaOH es una base fuerte que puede provocar quemaduras químicas y dañar los tejidos de la piel.
3. Quemaduras térmicas :El intenso calor generado durante la reacción puede provocar quemaduras térmicas profundas en la mano, que podrían requerir tratamiento médico.
4. Peligro de incendio :El gas hidrógeno producido durante la reacción es altamente inflamable y puede encenderse fácilmente. Esto crea un peligro de incendio que puede propagarse rápidamente.
5. Hinchazón y ampollas :La combinación de calor, quemaduras químicas y daño tisular puede provocar hinchazón grave y formación de ampollas en el área afectada.
En algunos casos, el contacto con el sodio metálico puede provocar lesiones graves, incluido daño permanente a la piel y los tejidos subyacentes. Es importante manipular el sodio metálico con suma precaución y usar siempre el equipo de protección adecuado, incluidos guantes, gafas de seguridad y una bata de laboratorio, cuando trabaje con él.
El sodio metálico sólo debe ser manipulado por profesionales capacitados en entornos de laboratorio controlados y con las medidas de seguridad adecuadas. Nunca es recomendable manipular sodio metálico fuera de estos entornos controlados, especialmente en la mano.