1. Compresión :El aire atmosférico se comprime a alta presión, normalmente entre 150 y 200 atmósferas (atm). Esto aumenta la densidad del gas, lo que facilita su enfriamiento y licuación.
2. Enfriamiento :A continuación, el aire comprimido se enfría mediante un intercambiador de calor o un sistema de refrigeración. Esto hace que los gases se condensen a un estado líquido.
3. Destilación :Luego, el aire líquido se destila en una serie de columnas para separar los diferentes gases según sus puntos de ebullición. Cada gas tiene un punto de ebullición específico, por lo que se evaporará y se recogerá por separado a medida que aumente la temperatura.
Los principales gases que se pueden licuar mediante destilación fraccionada son el nitrógeno, el oxígeno, el argón y el dióxido de carbono. Estos gases tienen puntos de ebullición relativamente bajos y pueden separarse fácilmente entre sí. Otros gases, como el helio y el neón, tienen puntos de ebullición mucho más bajos y requieren técnicas especializadas para licuarse.