Por ejemplo, los fosfolípidos están compuestos por una molécula de glicerol unida a dos cadenas de ácidos grasos y un grupo fosfato. Si bien los fosfolípidos pueden formar polímeros uniendo múltiples moléculas de glicerol, esta no es su función principal. En cambio, los fosfolípidos participan principalmente en la formación de la estructura bicapa de las membranas celulares, donde sus cadenas de ácidos grasos hidrófobos interactúan entre sí para crear una barrera que separa el interior de la célula del entorno exterior.
Los triglicéridos, por otro lado, están compuestos por una molécula de glicerol unida a tres cadenas de ácidos grasos. Los triglicéridos no son poliméricos en el sentido de tener unidades repetidas, pero normalmente se encuentran en forma de grandes agregados llamados gotitas de lípidos. Estas gotitas de lípidos sirven como reservas de energía, particularmente en el tejido adiposo.
En resumen, si bien algunos lípidos pueden formar polímeros, los lípidos como clase no suelen describirse como poliméricos. Esto se debe a que su función principal no es almacenar ni transmitir información genética, sino cumplir diversas funciones estructurales y funcionales en las células.